Los españoles están más que cansados de este gobierno de marionetas y me causa tristeza tener que escribir que ya son varios hosteleros los que se han suicidado.
Mientras anestesian a una parte de la población por medio de los medios de manipulación, otra parte es consciente del engaño, abuso e incluso, por qué no decirlo, genocidio sistemático, ya sea a través de imposición de absurdas leyes, vacunación, extracción de respiradores, supuestas desinfecciones o de forma directa.
Un hostelero de Nervión, Sevilla, de 55 años de edad deja a su mujer y a sus tres hijos, Raúl Aparicio, de 47 años, se quita la vida agobiado por la situación, y no sigo porque ya me pongo enfermo <Fuente>.
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