Translate

sábado, 28 de septiembre de 2019

La esfinge de Gizeh siempre ha sido el perro Anubis.

El complejo piramidal de Gizeh no es una necrópolis, sino algo más.

La esfinge de Gizeh ha permanecido semioculta bajo las arenas de Egipto, asomando únicamente la cabeza y la parte superior del cuerpo. Su mayor secreto sigue enterrado justamente en la parte que desde el primer momento, ha permanecido a la vista: el rostro.

La esfinge no siempre ha tenido cara humana ni cuerpo de león. En sus inicios fue tallada como una escultura con forma de perro dedicada a Anubis, el guardián del más allá.

Se trata de una estatua gigantesca del tamaño de un trasatlántico con un pequeño grano por cabeza. Si algo sabemos de los antiguos egipcios, es que siempre mantenían las proporciones adecuadas. Obsesionados con esas proporciones correctas, ¿por qué esculpirían la estatua de piedra más grande del mundo para luego equivocarse en las proporciones?, ¿por qué está asentada en un foso? la gran pirámide no se construyó sobre un foso, sino sobre una colina.

Hay que hacer caso omiso a lo de las patas de león porque son una construcción más reciente realizada a propósito para parecerse a las patas de ese animal concreto. Una "restauración" más a conveniencia de la élite. Los leones no tienen esa apariencia, la esfinge no presenta un pecho alzado, no presume de melena ni nada felino.

La cabeza de la esfinge había sido re-esculpida. Es obvio que tuvo una cabeza mucho más grande y que debía existir una buena razón para poner la escultura en un foso. En realidad, se trataba de un perro agazapado. Tiene sentido, ya que los perros agazapados que vigilan con la espalda orientada hacia algo son perros de guardia que protegen lo que está detrás de ellos. En este caso, detrás de la esfinge se halla el sagrado complejo piramidal.

La función de la esfinge era la de proteger el portal estelar de Guiza y el guardián tradicional de los portales por donde viajaban los faraones para encontrarse con los dioses era Anubis. La imagen canina más conocida de Anubis es la estatua que se encontró en el interior de la tumba del rey Tutankamón (antes Tutankatón) que se muestra como un perro agazapado, la misma forma y posición que presenta la esfinge de la que hablamos.

Es evidente la existencia de erosión por agua en la esfinge y en las paredes del foso. La erosión fue causada por una "antigua lluvia" en un período de al menos, siete mil años.

Existe una cámara secreta debajo de la esfinge. A parte del túnel trasero, existe una cámara ubicada debajo de la pata derecha. Se sitúa debajo de los muslos y se accede a ella mediante un conducto vertical cuyas dimensiones se midieron con exacta precisión. El conducto parece que fue practicado en una fecha posterior a la talla de la esfinge original y que corresponde al enterramiento de Amasis. La cámara quedó totalmente inaccesible en 1926 cuando un francés vertió hormigón en ésta.

La esfinge cuenta con agujeros de perno y compuertas de agua. Los egiptólogos siempre se han lamentado del hecho de la no mención de la esfinge en algún texto porque están buscando el objeto equivocado: un gran león con cabeza de hombre. El rostro es del tercer faraón de la XII Dinastía, Amenemhat II. Una cabeza re-esculpida en un acto vandálico a partir del cuello y tronco de la cabeza de Anubis.

Existen muchas referencias en los textos de las pirámides y en los textos de los sarcófagos sobre un Anubis gigante en Guiza, al que se describe de forma específica como sentado al lado de una calzada y rodeado por una masa de agua con varios nombres, siendo el más famoso el lago del chacal.

Hay muy pocas representaciones de leones en el antiguo Egipto, no fue hasta el 2004 cuando la historia oficial los comenzó a promover. Robert Temple afirma que la esfinge es Anubis en su libro e investigación. Debajo ha existido una biblioteca milenaria y Anubis siendo el guardián del inframundo, guardaría el conocimiento y a los antepasados fallecidos. Las divinidades egipcias son representadas con cuerpo humano y cabezas de animales, la esfinge es todo lo contrario.
Pablo Santomé.
pablosantomenougat@gmail.com