Llama al público en general incluyendo a sus seguidores "puta" disfrazando la palabra de "cariñosa" sin conocer que realmente el significado de un vocablo se caracteriza por lo que es, lo que representa y para ello fue inventado.
Denomina a los niños varones "niñas" introduciéndolos en su mundo, tal cacique republicano.
Cambia las palabras. En vez de decir hola, dice holi. En vez de decir cielo, dice ciela. Todo esto acompañado de un "yass" que hasta a los animales avergüenza.
Lo peor, es que Jedet y este tipo de marionetas están financiados precisamente para que sus seguidores piensen que son reales, más que eso, ejemplos a seguir.
Los más débiles se dejan influenciar pese a las fotografías publicadas por estos individuos, con Jeffree Star como comandante tipo Ashtar, supuesto salvador de la escoria perdida que se acaba suicidando por no aceptar en un principio su condición sexual.
Jedet y compañía comparten fotografías escandalosas, desnudos. Lejos de material sano en las redes, predican libertad y se encadenan a ellos mismos. Los hilos de esta gente son los más endebles a la vez que olvidados porque aquellos que los manejan rápido se cansan, ya que están destinados a un grupo más frágil y manipulable de la población.
Muestran glúteos, pechos o parejas homosexuales besándose en la cama. Los heterosexuales no recurren a este tipo de exhibición por norma general. Lo que debería ser privado, Jedet lo muestra y eso tiene una palabra: sinvergüencería.
Este tipo de perfil rápidamente es contratado para la realización de series y películas porque es lo que le gusta a la élite, lo que está buscando ya que es parte de su agenda. Forma, busca y moldea. Todo con el fin de manejar al ganado en un bucle infinito cual uróboro.
Inditex, programas, cocaína... Quiere ser tanto lo que no es contradiciendo a la madre naturaleza, que ese personaje nunca se encontrará a sí mismo. Por el camino que lleva, nunca. Ni él, ni sus seguidores.
Pablo Santomé.
pablosantomenougat@gmail.com
