El Calendario Perfecto sí existe y estuvimos a punto de adoptarlo, sin embargo ocurrieron algunos hechos que impidieron que esto llegara a buen puerto: Se trata del Calendario Fijo Internacional y tuvo un gran impulso en la década de 1920, tanto, que estuvimos a punto de acogerlo mundialmente hasta que los judíos impidieron que esto avanzara.
El Calendario Perfecto tiene 13 meses con 28 días y una uniformidad con la que el actual Calendario Gregoriano no cuenta. Similar al Calendario Positivo de Auguste Comte pero propuesto por Moses Cotsworth, molestaban las inexplicables variaciones de los ingresos mensuales [Fuente], cumple la regla de los 365 días anuales, los meses tienen los mismos nombres excepto por el mes extra que se llama "Sol" entre Junio y Julio, cuenta con el año bisiesto cada 4 años que se añadiría como día extra después de Junio y antes de "Sol" (Por lo que el 1 de "Sol" volvería a comenzar en Domingo), y todos los años tendrían 52 semanas con los mismos días (Por lo que sería muy útil para fiestas, todos los días serían los mismos y desaparecerían los días "sandwich" que permiten trabajar más o menos días según el año). El Calendario Perfecto al tener siempre los mismos días, permite que industrias, instituciones, academias y todo tipo de organizaciones puedan gestionar mejor los ciclos de producción, así como calendarizar turnos y otras acciones. Pero, si tan perfecto es este calendario... ¿Por qué no se adoptó? Se intentó en 1923 cuando se creó la Liga Internacional del Calendario Fijo en Londres. Shoshana Akabas explica la esperanza de crear un Calendario Universal que uniera al mundo [Fuente], y que reemplazaría al Calendario Gregoriano que se comenzó a utilizar en el 45 antes de Cristo, pero que el Papa Gregorio XIII cambió 1.500 años después.
Los judíos tenían una gran preocupación en la reforma del calendario [Fuente] porque con la suma del día extra, que si bien no se contaba con el año, sí contaba para el ciclo judío de siete días. Esto generaría que el Sabbat cayera un día diferente cada semana y no necesariamente en fin de semana. Esto puso en pie de guerra al mundo judío: "Después de toda esta miseria y desilusión, la Liga de las Naciones todavía podía pensar que valía la pena embarcarse en una empresa quijotesca como la manipulación del calendario" dijo Joseph Hertz, Gran Rabino de Inglaterra. El Calendario Perfecto era apoyado por varias personalidades a lo largo y ancho del mundo, empresarios del sector transporte y logística (sufrían con el Calendario Gregoriano teniendo variaciones mensuales en sus ingresos), en un artículo de la revista Outlook (1927) cuando aún seguía la disputa: "Un jefe ya no tendría que lidiar con la interrupción trivial de que los trabajadores tuvieran un martes o jueves de vacaciones ocasionales y posiblemente se tomaran algunos días libres adicionales durante ese tiempo" [Fuente], mas no se logró.
George Eastman, fundador de Kodak, fue uno de los grandes promotores del Calendario Perfecto, lo adoptó en su compañía y lo llevó a abrir una oficina en Estados Unidos para la Liga Internacional de Calendarios Fijos. Para los judíos esto seguía siendo una preocupación, las alertas levantadas hicieron que Joseph Hertz dijera que este Calendario Perfecto implicaría un nuevo plan a nivel mundial: "Habría que renegociar todas las primas de seguros, tarifas mensuales, trimestrales, todos los contratos en el mundo que incluyeran fechas, terminaría por ser un dolor de cabeza para quienes tuvieran que lidiar con detalles", sin embargo Akabas añadía: "El número 13 es un número primo que no se puede dividir sin fracciones, aparecería millones de veces en la vida" y lo más importante, la muerte de George Eastman hizo que esta batalla perdiera fuerza, se suicidó o lo suicidaron en 1932.